Open Banking: el futuro de los servicios financieros es colaborativo | NTT DATA

ma., 06 septiembre 2022

Open Banking: el futuro de los servicios financieros es colaborativo

El desafío de evolucionar para competir en un nuevo escenario: las principales oportunidades que brinda el futuro de los servicios financieros están vinculadas con el concepto de coopetición (competición colaborativa), la construcción de ecosistemas y la habilidad para compartir información.

La consultora Gartner define este fenómeno como “una estrategia basada en plataformas que habilitan nuevos modelos de negocio y ecosistemas de relacionamiento con el potencial de transformar la industria financiera”.

Se trata de una oportunidad sin precedentes con la capacidad de crear valor de manera exponencial tanto para las entidades del sector como para los clientes. Las primeras ganan en flexibilidad, capilaridad, eficiencia y adaptabilidad, mientras que los segundos obtienen más transparencia, mejores servicios y una experiencia de máxima calidad.

Para capitalizar todo esto, es necesario en principio consolidar el cambio de mindset: el contacto, la integración y el intercambio con los otros jugadores del sistema financiero, así como con empresas no financieras que brinden prestaciones relacionadas, puede ser el camino para maximizar la propuesta que se acerca al consumidor y para apalancar un verdadero approach de inclusión financiera, ya que Open Banking también acerca los productos financieros a más personas a través de espacios de uso cotidiano para personas históricamente no bancarizadas, como pueden ser los marketplaces de comercio electrónico o incluso las facturas de las utilities, como la de gas o la de electricidad.

Los pilares de la nueva era bancaria

En el corazón del Open Banking anidan tres conceptos que se comportan como pilares.

El primero es el de los requisitos regulatorios, que motivan a las entidades financieras a adaptar sus procesos para cumplirlos (aunque en algunas geografías son apenas recomendaciones y no obligaciones), y que centran el foco en aspectos sobre cómo compartir información de clientes bancarios, poniendo énfasis en que los datos pertenecen precisamente al cliente y no a la institución o aspectos operativos de transacciones que atraviesan más de una entidad.

El segundo aspecto es el de los modelos de negocios que nacen a partir de estas normativas, y que pueden agruparse en tres grandes categorías: la de agregado de información financiera (dos o más entidades comparten datos y habilitan una visión de 360º del cliente), la iniciación de operaciones de pago (entidades financieras brindan la infraestructura y sitios web entregan la interfaz, por ejemplo) y los combinados (en base a la información disponible, por ejemplo, presentar propuestas personalizadas para un cliente considerando sus ingresos, sus excedentes y su perfil de inversor).

El tercer aspecto es de los ecosistemas de colaboración que se están generando: BaaP (banking as a platform), optimización de la operatoria, ecosistema extendido y BaaS (banking as a service). Si lo miramos desde la óptica flujo de colaboración, los dos primeros son internos y los dos últimos, externos. Si el enfoque tiene que ver con el ámbito de impacto, tanto BaaP como el ecosistema repercuten en el negocio, mientras que los dos restantes lo hacen en el aspecto operativo.

Nuevos modelos, nuevas oportunidades

¿En qué consisten estos modelos? En el caso de BaaP, en comercializar productos de terceros monetizando el canal de distribución del banco y complementando la oferta con valor agregado para el cliente. Si una entidad es buena para entregar servicios relacionados con crédito pero no tiene muy desarrollada su área de inversión, puede “entregar” su capilaridad y sus canales para que otras empresas brinden esa prestación y mejoren la experiencia del consumidor.

Cuando hablamos de ecosistema extendido, nos referimos a distribuir los productos financieros del banco a través de plataformas comercializadoras diversificadas, es decir, a ofrecer productos a terceros por los canales de estos. La optimización se centra en externalizar la operativa que la entidad no realice de manera óptima. Por último, BaaS alude a la capacidad de monetizar las capacidades operativas del banco. Por ejemplo, una telco puede entregar créditos a sus clientes utilizando el motor del banco.

Ante este paradigma, las entidades financieras están desplegando diferentes posicionamientos estratégicos. Están aquellos que reactivamente cumplen la normativa o los que defensivamente buscan evitar que otro disrumpa en su mercado y les haga perder valor. Pero también aparecen los que embeben estas nuevas características en sus herramientas para comenzar a aprovechar las oportunidades y, mejor aún, los que apelan a este nuevo modelo como motor de cambio transformacional para convertirse en líderes o referentes.

Las tecnologías están disponibles. El consumidor está cambiando. Las regulaciones ya se están definiendo o no tardarán en llegar. La banca está mutando hacia un esquema abierto y colaborativo pleno de oportunidades. Es hora de abrazar el futuro: bienvenidos a la era del Open Banking.