Se estima que para el año 2026 el 25% de las personas de todo el mundo pasarán al menos una hora al día en el metaverso para realizar actividades digitales.
Se estima que para el año 2026 el 25% de las personas de todo el mundo pasarán al menos una hora al día en el metaverso para realizar actividades digitales. Así como el internet llegó a cambiar nuestras vidas, la inmersión del usuario en un mundo virtual, y las interacciones y conexiones del mundo virtual con la contraparte del mundo físico, aspira a configurar un nuevo paradigma en campos tan diversos como el trabajo, las finanzas, la educación, las compras, el entretenimiento y la interacción social.
¿Por qué los tomadores de decisiones deberíamos hablar del metaverso? Aunque el metaverso está aún en una fase de investigación y desarrollo, son muchas las empresas e individuos que ya empiezan a apostar por él, derivado del enorme potencial que puede producir este paradigma inmersivo.
Si bien el concepto fue acuñado hace unos 30 años, por el escritor estadounidense Neal Stephenson en la novela Snow Crash, hablar del metaverso en la actualidad es hablar de escenarios mucho más cercanos que pueden tener impacto a nivel negocios. Una encuesta realizada a finales de 2021 entre usuarios de Internet demostró que más de la mitad de los encuestados se uniría al metaverso por las posibilidades que daría, como los espacios de trabajo virtuales y la creación de redes.
Como tomadores de decisiones es nuestro deber anticiparnos a los cambios en todos los niveles que puedan afectar la forma de hacer negocios, transformar las expectativas de los clientes y la forma de vida. El metaverso nos ofrece un nuevo escenario donde podemos experimentar con modelos de negocio innovadores con flujos de ingresos derivados de las comunidades construidas. Se prevé que dentro de cinco años casi un tercio de las empresas globales ya tengan productos y servicios preparados para el metaverso. Es decir, hacia los clientes, las empresas con presencia en el metaverso podrán ofrecer sus productos y servicios, no sólo en el mundo físico como lo conocemos hoy en día, sino también en este nuevo universo paralelo.
Dicho lo anterior, los beneficios y oportunidades para diferentes industrias, como la de retail o el e-commerce, pueden ser percibidos a simple vista, puesto que los clientes podremos disfrutar de una nueva gama de servicios y productos, además de lo que normalmente consumíamos previo a nuestra incorporación a dicho espacio digital.
Asimismo, en el sector financiero se han visto iniciativas de distintas instituciones que se preparan para un futuro de economías digitales que podrían implementarse en el metaverso. En marzo de 2022, en Estados Unidos, el presidente Biden firmó una orden ejecutiva para explorar un dólar digital y JPMorgan ha citado factores como el creciente mercado inmobiliario virtual, que podría incluir la gestión de créditos, hipotecas y contratos de alquiler de propiedades virtuales, como oportunidades de crecimiento en este sector. Un análisis de Citi de abril de 2022 predice que la economía del metaverso podría crecer hasta los 13 billones de dólares en 2030.
Hablando desde la visión de los clientes, un 82% de los consumidores mundiales ha dicho creer que el sector financiero se verá afectado por el metaverso y el 44% ha declarado que se sumaría a dicho universo por la inversión en criptomonedas y tokens no fungibles.
Por el momento es difícil asegurar lo que pasará una vez que este proceso de maduración llegue a su punto más alto, pero es altamente probable que todo lo que hoy conocemos en el mundo real, sea replicado en el metaverso, además de los nuevos empleos, productos y servicios que de este espacio se generen.
Idealmente todos los sectores económicos deberían conducir un ejercicio estratégico para definir si querrán incursionar en este universo, y de qué forma. Es claro que estamos en una etapa incipiente y que la inversión podría dispararse. Aquellas empresas y negocios que actúen de manera rápida, y que sean lo suficientemente pacientes e inteligentes para caminar de la mano de este proceso natural de maduración, podrían encontrar nuevas y grandes ventanas de oportunidad para generar negocio.